Favores Diciembre 2022

“Pedí a nuestra querida Madre María por mi hija para que encontrase un trabajo ya que estaba mucho tiempo sin trabajar y estaba desesperada. Le rece a la Venerable Madre María y, a los pocos días, la llamaron para la entrevista y al final la cogieron, aunque surgió otro problema y fue que para llegar al lugar del trabajo tenía que conducir, y aunque tenía el carnet del coche, le daba mucho miedo. Volví a pedir a la Madre su intercesión para que le diera fuerza y valor para coger el coche y perder el miedo a conducir. Mi hija saco fuerzas y valor y cogió el coche para ir a su trabajo y ahora conduce perfectamente y tiene un trabajo que le gusta mucho. Gracias Madre María por ayudarnos.”
Anónimo (Alquerías, Murcia)

“Mi matrimonio estaba pasando por unos momentos delicados, la relación con mi marido no era del todo buena y había muchas discusiones y malos momentos. Yo quiero mucho a mi marido y no quería perderlo por lo que pedí a la Madre María que ya que ella había sido una mujer casada, me ayudase a este matrimonio que estaba pasando por unos malos momentos. Desde que le rece y pedí a la Madre su ayuda, no ha habido discusiones y han vuelto los momentos de felicidad y buena convivencia que siempre habíamos tenido. Estoy segura que la Madre María Séiquer nos ha ayudado.”
Una devota de la Madre (Murcia)

“A un familiar le diagnosticaron la enfermedad de Guillain Barré. Su situación era grave. Me puse en contacto con las Hermanas para encomendarlo a Madre María Séiquer. Sufría muchos dolores que apenas cedían con morfina pero estabilizó y siguió con el tratamiento y rehabilitación. Está evolucionando muy rápido, la estimación de recuperación era a los seis meses, él en menos de dos meses, camina sin muletas y dice “encontrarse perfectamente”. Estoy convencida de la intercesión de la Madre María Séiquer y le estaremos eternamente agradecidos por el favor recibido.”
Anónimo

“Quiero agradecer a la Venerable Madre María Séiquer su ayuda hacia un familiar que está enfermo y pese a su grave enfermedad, se encuentra bien y no sufre, además de estar llevando la enfermedad muy bien, pese a lo difícil que es. También le he pedido a la Madre que nos dé fuerzas a la familia para aceptar esa enfermedad y poder hacer frente a los momentos que se nos presentan en el día a día. Pedimos que no nos falten las fuerzas que sabemos nos vienen de Arriba por intercesión de la Madre María que escucha nuestras oraciones. Gracias Madre.”
Familia D.M.

Favores diciembre 2021

“Mi marido entró en depresión profunda y preocupante. Se sentía inútil, creía que todo el mundo era sabedor de los errores que había cometido y que se burlaban de él, incluso sus familiares fallecidos. Dejó de comer, de dormir, de levantarse por las mañanas. No tenía ganas de vivir. No tenía ni fuerzas para hablar. Comencé a rezar la oración de la madre María. Estaba todo el tiempo con ella en mis manos. Lo pasé muy mal. Él se quería morir y yo también. Estaba medicado pero nosotros pedíamos a Dios con la intercesión de madre María. Durante tres meses fue un infierno, pero empezó a sentirse mejor y ya se levantaba de la cama. Los especialistas creían que era poco tiempo para experimentar mejoría. Poco a poco, nuestra vida fue volviendo a la normalidad y para mí que fue el favor de madre María. Es lo que yo siento”
Anónimo

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“Un sobrino de un año tenía un problema en las piernas. Los médicos decían que la única solución era una operación. Le mandaron un tratamiento para después meterlo a quirófano. Mientras, hicimos la novena con varios familiares para pedir a Madre María por él, para que lo ayudase. Cuando llegó el momento de la operación, vieron que ya no era necesaria, que se había recuperado y no hacía falta operarlo. Sin duda fue Madre María que nos escuchó e intercedió ante Dios por el niño”
Anónimo (Cieza)

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 “A un familiar le detectaron Parkinson, la misma enfermedad que sufrió la Madre. Se puso muy mal y pedí a Madre María por su recuperación, para que ayudase en esa enfermedad que ella misma supo afrontar con fortaleza y que nos diera fuerza a la familia. Después de hacer la novena ha ido mejorando y, pese a tener días mejores y días peores, va mejorando y sobre todo, me ha mandado fuerzas y me ha enseñado a aceptar esa enfermedad y que hay que afrontarla y tener confianza en Dios. Gracias Madre por tu ayuda”
Anónimo (Murcia)

Siempre está a nuestro lado – N80 diciembre 2021

Con nosotros está, vuelve y nunca nos deja. Ojalá tuviéramos esa convicción cada uno de nuestros días, en cada momento o situación que vivimos.

En tiempos difíciles, personales o sociales, parece que Dios se ha ido, se ha olvidado de nosotros. La fe es lo único que nos salva en estos momentos. Una fe vivida como apertura y disponibilidad ante sus caminos.

Vivimos tiempos complejos donde la fe en Dios y en los hombres parece que se va resquebrajando. Son momentos de dificultad, de éxodo, de noche oscura, de pobreza material y espiritual. La pandemia y las secuelas que ha dejado, las luchas políticas y de poder, el calentamiento global, la crisis energética, etc., nos llevan a creer que estamos solos, abandonados a nuestro destino.

Nuestra querida Madre María también pasó por tiempos duros (guerra, postguerra, muerte de su marido, soledad, etc.). Creyó y confió en que debía ponerse en camino, aceptar las sorpresas de Dios porque sabía que Él estaba con ella: “Encomienda tu camino al Señor, confía en Él y Él actuará… Confía, sigue su camino… Estamos envueltas en Él, su gran bondad y providencia” Sabía que Dios estaba aunque no lo viera. Creer es confiar y saber que Dios está en todas las circunstancias, en lo positivo y negativo, en la luz y en la oscuridad, en el éxito y en el fracaso, en los momentos de salud y de enfermedad.

Necesitamos una fe recia, madura, firme para poder dar testimonio de aquello que hemos visto y oído, de aquello que hemos creído. Madre María nos decía: “El Señor no deja a un pobre pajarillo sin atenderlo, menos deja a sus hermanas…Estamos envueltas en Él, en su gran bondad y providencia…Puesta toda la confianza en Dios, Él sabe llevarnos por el senderillo que más nos conviene”.

M. María Séiquer y M. Amalia Martín
Fundadoras HH.AA. de Cristo Crucificado


Pero Dios no sólo está sino que nos vuelve a recordar que vuelve una y otra vez para no dejarnos. Reviviremos pronto el misterio de la Navidad. Viene a nosotros nuestro Dios como un niño pequeño y humilde al que los pastores (los más pobres) le llevan sus regalos, al que los Reyes (los más poderosos) le entregan sus dones. Nuestra mente no es capaz de comprender ese misterio tan grande. Dios se hace hombre para acercarse al hombre, para manifestarnos cuánto nos quiere. Jesús de Nazaret nos trae la buena nueva de que Dios nos ama, nos busca y nos sale al encuentro.

Él está en nuestra historia, en nuestro mundo, nos acompaña hoy y siempre aunque estemos en incertidumbre inseguridad. “Mi Dios eres Tú y en ti está mi fuerza…Me gustaría ser como un niño y dormir en tus brazos, y que Tú me despertaras”.

Él está con nosotros. Debemos dejarnos sorprender por Él, sorprendernos por la realidad, convencidos de que todo concurre para el bien de los que lo aman, y también de los que no lo aman. Navidad es tiempo de celebrar el amor, la entrega, la solidaridad y el perdón. Miremos a nuestro alrededor para poder ver al otro, sus necesidades, alegrías y tristezas, su verdadero rostro. Que el Niño Dios nos confirme nuestra confianza en que está con nosotros. Que su madre, la Virgen María, nos enseñe la confianza absoluta en que Dios guía nuestro camino. Que Madre María nos ayude a creer que en las manos de Jesús está mi suerte y que todo sea ¡A mayor gloria de Cristo Crucificado!

Contacto

Si obtuviese algún favor o gracia por mediación de la Venerable Madre María Séiquer, rogamos lo comuniquen por alguno de los siguientes medios:

Correo postal
HHAA de Cristo Crucificado – Villa Pilar
C/ Alfonso XIII, 10    30151
Santo Ángel (Murcia)

Teléfono +34  968 840 069

Correo electrónico   hermanascristocrucificado@gmail.com

Las Virtudes de nuestra Venerable Madre María Séiquer – Junio 2015

Nuestra alegría es inmensa al saber que, tras varios años, la Iglesia ha reconocido las virtudes heroicas de nuestra Madre María Séiquer siendo ya Venerable debido. La noción de heroicidad deriva de héroe, guerrero. Supone alto grado de valentía, fama y distinción. Es un motor que impulsa a actuar por encima de las inclinaciones humanas basando la fuerza en las inclinaciones divinas.

Recibimos la noticia el 7 de diciembre de 2014. El Papa Francisco reconocía las virtudes heroicas de nuestra Madre María. ¿Qué virtudes podemos destacar de nuestra querida Madre?

El perdón, fundamento de su vida. Amó a sus enemigos y cuidó y educó a los hijos de éstos. “Perdono a todos mis enemigos, te pido por ellos y avivo el deseo que me diste después del martirio de Ángel de perdonar a todos los que me hicieron mal…Tú, Señor, me enseñaste a perdonar desde la Cruz…no saben lo que hacen…”

La fe ciega. Recordemos que tras la muerte de D. Ángel (su marido) decidió marchar con su hermana religiosa a las Esclavas pero los senderos de Dios eran diferentes. El camino iba a ser más duro y difícil de lo que ella pensaba, más la confianza, la decisión, la lucha, su espíritu andariego y arriesgado junto con su fe ciega le llevarían a adentrarse en una nueva empresa, la Congregación de Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado. Así lo indica en sus escritos: “El corazón sufre pero no dejo de ver las providencias de Dios, que tantas veces nos parecen descabellos, y dónde está su mano para librarnos de lo que podrían ser obstáculos para su obra maravillosa”, “En Él tengo confiado todo mi asunto. Yo pienso en Él y Él pensará y obrará en mí”, “Todo lo hace bien y para nuestro bien. Él siempre va por delante. Él sabe llevarnos por el senderillo que más nos conviene”.

El horizonte de su misión fue extender el Reinado de Cristo Crucificado e irradiar a Cristo. “A todos los pueblos sin miras ni fronteras. A las almas que nos rodean. Al fin del mundo. Al mundo entero. A los más alejados, a los más olvidados, a los más difíciles, a los sitios insospechados…” Porque sabía, porque sentía que Dios iba con ella. También decía a las hermanas: “Necesitamos la máxima paciencia, la máxima benevolencia, y sobre todo, la caridad sin límites; entonces irradiaremos a Cristo y seremos verdaderas hermanas suyas”, “Debemos estar convencidas de que nuestra misión más que una conquista es una irradiación; que nuestra caridad sea una presencia de Jesús en nosotras que invite a todas las almas que nos rodean a seguir y amar a Cristo. Porque, según sea nuestra entrega, nuestra generosidad, así será más fecunda nuestra irradiación, no dejando huellas de nosotras sino de Cristo, a quien amamos y deseamos sea conocido y amado por los demás”. Atendía a las necesidades materiales y sociales: comida, ropa, cultura, etc. Pero sabía que éstas eran la base para ir haciendo descubrir la gran necesidad, el verdadero sentido.

La confianza en Dios era infinita. Madre Maria Seiquer GayaMadre María quería despertar en el desesperanzado la confianza en Dios. Como dijo Jesús a sus discípulos: “Hombres de poca fe, ¿de qué teméis?”. El está con nosotros, a nuestro lado, caminando paso a paso, acompañándonos en nuestra andadura. Porque no quiso irse, no nos quiso dejar solos..

Pero estas facetas de su entrega sin límites surgían porque había descubierto a Dios Amor. A Él se dirigía para coger fuerza en la vida y así oraba: “Ayúdame, Señor, a que no piense en mí sino en mi prójimo…a que sólo procure buscar ese olvido de mí para pensar en el bien que puedo hacer a los otros… Quiero ser pura caridad, deseando siempre el bien de los demás antes que el mío, quiero ser generosa poniendo mi voluntad al servicio de todos con libertad, con paciencia, con humildad” “Quiero que el amor sea el rey de esta casa” Madre María quería que el amor fuera el maestro de nuestra vida, de nuestro ser y hacer porque Dios es Amor, es ternura, es entrega, donación gratuita, lo es todo.

En estos momentos de desesperanza, busquemos el valor de la fe, de la firmeza, haciendo lo que tenemos que hacer, no quedándonos pasivos pero después de haber actuado, confiar. Así lo hizo Madre María. Luchó, perdonó, trabajó, pidió, buscó, corrió y después… lo dejó en manos de Dios, y se dejó en sus brazos como un niño en los brazos de su padre.

Favores diciembre 2014

Soy antigua alumna de las HHAA de Cristo Crucificado del pueblo de Santo Ángel (Murcia). Actualmente vivo en Murcia capital y los veranos los paso en una casa cerca del colegio de las hermanas. Hace tres meses me caí quedándome impedida para andar. Comencé a rezar a M. María y ahora me he mejorado mucho y puedo caminar, incluso llego a subir a la capilla de las Hermanas y visitar la tumba de M.María

Rosarito Martínez (Murcia)


El 1 de marzo, sufrió mi madre una caída -ésta padece problemas de coagulación- provocándole un desgarro importante en la pierna izquierda. Los médicos aconsejaron que se amputara la pierna. Una hermana le entregó una reliquia de la Madre María. Rezamos la novena y la pierna comenzó a mejorar. En cuatro meses los médicos le dieron el alta. Damos gracias a Madre María.

Elvira Gonzalez, Baños de la Encina (Jaén)


Hace unos meses, mi hija con 17 años empezó a sentirse mal y a darle fiebre. Tras muchas pruebas le detectaron un tumor en la cadera. Los médicos decidieron operarla lo más urgente posible. Aparte de acudir al médico, pedí a las Hermanas de Cristo Crucificado que rezaran por ella. Me dieron una reliquia de la Madre e hice la novena. El médico nos dijo que sería una operación larga y complicada. En dos horas salieron del quirófano para decirnos que todo había sido mas fácil. De los quince días que tenía que estar ingresada con calmantes muy fuertes, sólo estuvo 5 días y tan sólo ha tomado paracetamol. Su recuperación ha sido muy rápida, sale con sus amigas y se encuentra muy bien. Gracias a Dios, la fe y la oración, se produjo el milagro. Muchas gracias Madre María.

Luisa, Baños de la Encina (Jaén)


En febrero me detectaron un cáncer cutáneo (en la nariz). Se lo comenté a una hermana y me habló de Madre María. Me entregó una reliquia y la novena. La he estado haciendo y pasando la reliquia por la nariz, pidiéndole la gracia de la curación a la Madre. El 10 de septiembre me dieron el alta y tengo desaparecido el cáncer totalmente. Gracias, Madre María

Francisco Javier Serna, Baños de la Encina (Jaén)


Me veía muy agobiada por la situación de mi matrimonio ya que hemos tenido etapas de gran sufrimiento. Me encomendé a la Madre María, a la que veneramos en nuestra familia. La petición ha sido concedida. La Madre nos ha ayudado a estar mejor. Ahora estamos tranquilos y felices, hay paz y serenidad, mis hijos están contentos y yo también. También mi hija ha sufrido dos operaciones fuertes y ahora, tras invocar a la Madre, está totalmente recuperada. Estamos muy agradecidos toda la familia a Madre María. Gracias Madre.

M.G. , Cabra de Santo Cristo (Jaén)

Favores Junio 2014

Hemos visitado Villa pilar y hemos sentido algo muy especial al visitar donde ella vivió. Siempre encomendamos a ella y pedimos favores que sabemos que desde el cielo nos concede

Emilio y Marisa, un matrimonio de Guitiriz (Lugo)


Agradezco a Madre Maria que intercediera por mi padre ante la Virgen. Tenía un cáncer de próstata y hasta el final de sus días la enfermedad no le produjo sufrimiento

Ana Cruz Gutiérrez, Almeria


Agradezco a Madre Maria que mi hija Elsa de 18 meses ha dejado de padecer unas dolencias que tenía en los ojos. Le pasé la reliquia de la Madre y recé la oración y ya han desaparecido

José Díaz Aroca, Baños de la Encina (Jaén)


Llevaba tres meses con mareos tomando medicamentos y no se me quitaban. Me estuve pasando la reliquia de la Madre por el cuello y hace ya cuatro meses que no he vuelto a sentir ningún mareo

Concepción Briones, Baños de la Encina (Jaén)


En este breve escrito quiero dar las gracias a Dios que, por medio de Madre María, hemos sentido su ayuda y su presencia muy cercana durante la enfermedad que sufrí, junto con mi embarazo. En el año 2010 me apareció un linfoma estando embarazada. Llevaba 12 semanas de gestación. Tras extirparme el linfoma, los doctores vieron que era muy urgente recibir quimioterapia. El feto corría peligro, nada estaba claro, aunque abortar era lo más posible que sucediera. Los médicos luchaban por salvar al bebé y a la madre. Así sucedió después de sufrir mucho toda la familia y pedirle a la Madre, junto con las comunidades que están cercanas a nosotras. Hicimos la Novena a Madre María, recibimos mucho apoyo humano y espiritual de todas. Gracias a Dios y a la Madre el niño está perfecto y yo también estoy muy bien. Para nosotros es un milagro aunque al intervenir la ciencia no se acepte como tal. Sabemos que este hecho ya lo conocen muchas personas pero no se ha publicado en la Hoja de Madre María, por ello hemos querido darlo a conocer a través de la hojita. Gracias

Mónica Sánchez Quereda, El Bojal – Beniaján (Murcia)

Favores Diciembre 2011

Hace unos meses a mi esposo le diagnosticaron aneurisma de aorta abdominal, que debía ser internado en el hospital de la Arrixaca lo antes posible. Estando internado durante tres meses por esperas y temores de los doctores, no se decidían a realizar la intervención lo que causo un empeoramiento. Le suministraban heparina y otros medicamentos que le produjeron un derrame interno en la parte baja de la espalda y sufriendo grandes dolores intensos, después de esto querían intervenirlo del aneurisma, motivo por el cual ingresó. Los familiares nos opusimos a ello por su situación física; después de unos 15 días entro al quirófano para la intervención del aneurisma, que gracias a la súplica que cada día rezaba a la M. Mª Séiquer superó bastante bien.
Después comenzaron a inflamársele las piernas de tal forma que los doctores dijeron que había que amputárselas. Yo sin entender nada y también mis hijos les dijimos que eso no se lo harían y redoblé la oración a la M.Mª Séiquer sin quitarle la reliquia de debajo de la almohada, porque le acompañaba día y noche. Cual sería mi alegría cuando unos días después me comunicaron que no se las amputaban porque habían encontrado otros medios muy eficaces, que lo curarían.
No sabía cómo darle las gracias a M.Mª porque tenía la seguridad de que era ella quien había intercedido por mi marido ante nuestro Padre Dios. Hoy mi marido está muy bien y puede seguir siendo el herrero de la Congregación fundada por M.Mª “ H.H Apostólicas de Cristo Crucificado”. Estoy segura de que ha sido la M.Mª la que ha intercedido por mi marido de nuevo ¡¡gracias!!

Encarnación Ortiz González
Santo Ángel (Murcia)


Mi marido ha estado en una situación muy grave con problemas de la vista. En algunos momentos quedaba ciego sin distinguir a penas nada. Yo comencé a encomendárselo a M. Mª y tengo que agradecerle de todo corazón el que haya intercedido a Dios por él y que haya mejorado de tal forma que no le queda ninguna secuela y puede conducir y seguir trabajando de camionero, ya que este es su trabajo… No sé como agradecérselo a la Madre que me ha concedido este grandísimo favor ¡¡GRACIAS MADRE!!

Ventura López Cózar. Castelldefels (Barcelona)


Tengo que agradecer a M Mª un gran favor que me ha concedido: Un hijo mío, me comunicó que se separaba de su mujer porque no podía vivir, ya que se dedicaba a estudiar, olvidando otras necesidades precisas, ambos me lo comunicaron por separado. Yo les aconsejé como una madre puede hacerlo, ante esta desagradable noticia. Comencé a encomendárselo día y noche a nuestra madre María que como alumna que fui de “Villa Pilar” me escuchara e intercediera por mí, así le imploré varias veces y hoy con el corazón lleno de emoción y alegría quiero darle las gracias por el extraordinario favor que me ha concedido “Viven unidos” ¡Gracias madre María!

Una antigua alumna de “Villa Pilar”
Santo Ángel, (Murcia)


Por favores recibidos por la Madre María Séiquer le doy las gracias y envío donativo para su pronta canonización.

Una devota de Badajoz

Pérdidas y Ganancias – Nº 65 – Junio 2014

La vida humana está repleta de pérdidas y ganancias. Desde que nacemos hasta que morimos vamos viviendo pérdidas inevitables, motivadas por el paso del tiempo (salida del hogar paterno, cambio de niño a adulto, aparición de las arrugas, etc.) e imprevistas, causadas por enfermedades, separaciones, problemas que vienen de otros contextos y nos repercuten (crisis económica, enfermedades inesperadas, fallecimientos, etc.).

¿Cómo vivimos nuestros propios cambios, nuestras pérdidas?

Como decía un sabio oriental: «La vida es como el fluir del río, sigue siendo el mismo río pero va cambiando el agua, va fluyendo hasta llegar al mar que es Dios». Nuestra vida es un constante cambio de experiencias, emociones, necesidades a las que inevitablemente tenemos que ir adaptándonos.

Madre María Seiquer Gaya - Fundadora HHAA Cristo Crucificado

Madre María en Villa Pilar (Murcia)

El cambio de trabajo, la separación de los padres, la muerte de un ser querido, una nueva casa, la enfermedad, etc. nos enseñan a que la vida no para, que está en marcha y sigue hacia adelante. No obstante, no estamos educados para los cambios, no nos han enseñado a vivir las pérdidas, a dejar y a coger. Cuando abandonas tu familia de origen, tomas otra nueva familia; cuando marchas de esa casa, vas a otra; cuando dejas a esa mano amiga, siempre encontrarás otra en el camino; cuando morimos, nacemos a una vida nueva. Fluir, no resistir, es el lema.

Madre María aprendió a dejar y tomar. Dejó su casa, su familia, su marido, su seguridad y encontró la misma casa pero con una misión diferente, halló una gran familia de enamoradas del Crucificado, murió su marido pero fue su querido Jesús, su gran compañero, su mayor seguridad, su descanso. Perdió y ganó una y mil veces. «No tuve hijos pero Dios me ha dado esta hijas… Con gran amor he recordado a cada una de mis hijas… Quiero que vean lo que de verdad las quiero y soy capaz de sufrir por ellas y alegrarme de sus éxitos y hasta procurar que los tengan». Si es difícil sufrir con el que sufre, más complicado es alegrarse con los éxitos del que triunfa. Eso lo hacía Madre María, y no sólo lo hacía, sino que lo procuraba para las hermanas.

Nos asusta el cambio, la inestabilidad, la incertidumbre y es, a veces, en ella donde nos habla Dios.

Así lo aprendió Madre María: «El Señor no se deja un solo pajarillo sin atenderlo, menos aun se dejará a sus Hermanas queridas», «El espíritu de las Hermanas de Cristo Crucificado es una vida de fe y plena confianza en Dios, Él sabe llevarnos por el senderillo que mas nos conviene».

¡Cuánta energía derrochamos empeñados en controlar la incontrolable, nadando a contra corriente! Si supiéramos dejarnos llevar por la corriente del agua de la vida, sabiendo que Dios nada a nuestro lado, si supiéramos vivir lo que la vida nos trae con serenidad, seríamos más felices y tendríamos más paz.

Procesar el dolor, el cambio y aprender de ello es la actitud del sabio, de aquel que dice que todo ha servido para lo que hoy soy. El dolor es un ingrediente necesario en el cambio y la docilidad, la no resistencia, el elemento más importante para vivir bien aun en el mismo dolor.

Madre María es incansable en la confianza en Dios: «Dios va siempre por delante… Dios está siempre a nuestro lado… fe ciega, confianza ilimitada sin curiosidades ni inquietudes… Puesta mi confianza en ti, mi Señor, no duda mi corazón… en tus manos, Señor, está mi suerte».

Madre María confió, vivió el dolor y la contrariedad pero aceptó con paz lo que la vida iba deparándole, fue perdiendo y ganando, creciendo en amor y sabiduría. Durante estas vacaciones que se avecinan, pensemos en este tema. Dejar ir y estar abiertos a encontrar.

Y, como siempre, que todos nuestros encuentros sean ¡A mayor gloria de Cristo Crucificado!

La Fe, nuestra gran aliada – Nº 61 – Junio 2012

Comenzaremos el próximo 11 de octubre la celebración del Año de la Fe que concluirá el 24 de octubre de 2013. Coincide a nivel social con un tiempo duro, de recelo, de desconfianza a nivel político, social y económico. La Iglesia desea que el tema de este año contribuya a buscar de nuevo, a redescubrir el sentido de la fe, del encuentro con Jesús Resucitado que está con «nosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt. 28, 20) y cuyo mandato siempre es nuevo: el amor.

www.hermanascristocrucificado.com

Cofundadora HHAA Cristo Crucificado

Pero, ¿qué entendemos por fe? La wikipedia define la fe como confianza o creencia en algo o alguien. La fe según la Biblia significa firmeza, seguridad y fidelidad provocada por un encuentro amoroso con Dios. Madre María Séiquer fue una mujer de fe cuya vida y decisiones estaban cargadas de la seguridad y firmeza de que Dios estaba con ella, aunque pareciera que, a veces, «jugaba a los disparates». Mujer que caminaba, que vivía en la fe. Con fe inició junto con Madre Amalia su Obra, por la fe saltó todos los obstáculos antes de iniciar definitivamente el Instituto, de manos de la fe expandió la Congregación sin apenas medios sabiendo que la Providencia no faltaría pues «Dios va siempre por delante», «Puesta toda la confianza en Dios, Él sabe llevarnos por el senderillo que más nos conviene». La fe de Madre María era tan firme que se convertía en contagiosa, quería que los de su alrededor se dejarán de incertidumbres pues todo estaba en las manos de Dios. «Obrar con esa confianza ciega en Dios, teniendo la seguridad de que todo, absolutamente todo está pasado por las manos de Dios». ¿Qué diría la Madre María hoy a nuestra sociedad? Aunque parezca osado atrevernos a adivinar lo que la madre proclamaría, creemos que leyendo sus escritos, quizás se lanzara a gritar la confianza en Dios, la confianza en el hombre teniendo éste en cuenta que la honestidad, la preocupación de unos por otros, el compartir con el que menos tiene, engrandece al propio hombre. La riqueza a costa de otros, el engaño, el robo no hace nada más que empequeñecer el verdadero ser hombre-mujer. Y este aprovecharnos de los demás podemos hacerlo en las grandes cosas o en las pequeñisimas cosas. Sepamos ser críticos y cada cual ponernos a ver nuestra paja.

Madre María quería despertar en el desesperanzado la confianza en Dios. Como dijo Jesús a sus discípulos: «Hombres de poca fe, ¿de qué teméis?». El está con nosotros, a nuestro lado, caminando paso a paso, acompañándonos en nuestra andadura. Porque no quiso irse, no nos quiso dejar solos. En estos momentos de desesperanza, busquemos el valor de la fe, de la firmeza, haciendo lo que tenemos que hacer, no quedándonos pasivos pero después de haber actuado, confiar. Así lo hizo la Madre María. Luchó, trabajó, pidió, buscó, corrió y después… lo dejó en manos de Dios, y se dejó en sus brazos como un niño en los brazos de su padre.

Estamos en momentos de espera y de esperanza y/o desesperanza. En momentos de lucha, creatividad, búsqueda. Necesitamos aumentar nuestra fe en Dios y en el hombre. Nuestra gran arma, nuestra aliada puede ser la fe. También es preciso que revisemos nuestras actitudes para comprobar si somos dignos de que los que están a nuestro lado puedan fiarse de nosotros. Son momentos de crisis, de revisión y cambio. También de encuentro con el hombre y con Dios. Pidamos junto con Madre María: «Señor, míranos, ayúdanos a no desalentarnos, a ver siempre tu mano en nuestro caminar… pues si el Señor no deja a un pobre pajarillo sin atenderlo, mucho menos nos dejará a nosotros». Pero sin olvidar que «muchas veces tendremos que dejar lo nuestro para darlo y hacer las cosas en bien de los demás». Vivimos un tiempo de incertidumbre donde la fe y el compartir, la solidaridad deben crecer como valores esenciales.